Subida al Petrechema (22 de febrero de 2009):
Durante este último fin de semana nos dirigimos nueve amigos a Ansó con el fin de disfrutar de la nieve y con la idea de subir al Petrechema.
Volvimos a alojarnos en Casa Baretón (http://www.casabareton.com/), una agradable casa rural muy bien y amablemente atendida por Elena e Iñaki.
El año pasado por estas fechas subimos a la Mesa de los Tres Reyes. Fue una excursión muy agradable, pero casi no había nieve.
Este año, en cambio, había muchísima nieve tal y como se puede comprobar en las fotos. La carretera desde Ansó a Zuriza estaba en condiciones. Desde el camping de Zuriza hasta el refugio de Linza (Plano de la Casa) habían limpiado la carretera y en los bordes la nieve se elevaba hasta metro y medio por lo que cuando se cruzaban dos coches había que hacer verdaderos equilibrios para pasar.
El sábado por la mañana a las 9.30 comenzamos la subida (para mi gusto un poco tarde), y nos tuvimos que calzar los crampones nada más salir.
El día era lumninoso, el cielo estaba azul y cubierto con pocas nubes. La nieve blanca constituía un espectáculo digno de ser disfrutado y en las cumbres se veían remolinos de nieve producidos por el viento. Soplaba un viento del norte muy fuerte y desagradable que fue en aumento a lo largo de la mañana.
Finalmente casi todos decidieron darse la vuelta en algún momento del recorrido.
Los dos jóvenes, Alex y Alfonso decidieron subir, y yo sabía que si me daba la vuelta tendría que volver a repetir en breve, así que también subí aunque era algo incómodo avanzar contra el viento. Eso sí, no pude parar a comer el bocata porque el viento no lo permitía.
Más o menos a las 16.30 estábamos de vuelta, muy contentos de haber realizado el recorrido. Nos quitamos los crampones y disfrutamos de una merecida cerveza en el refugio.


















El domingo por la mañana dimos una vuelta por la zona del refugio y por Zuriza.








A la vuelta, conduciendo de Ansó a Biniés, tuvimos la gran suerte de ver dos quebrantahuesos volando sobre los montes que se extienden por la parte izquierda de la carretera. Estaban a cierta distancia, pero uno sobrevoló el coche cuando nos bajamos. Por desgracia se alejó inmediatamente y no tuve tiempo de fotografiarlo en condiciones. Otra vez será.